Alimentos de verano: más de 10 recetas infantiles con fruta y verdura de temporada
Los alimentos de temporada en verano son muchos, sanos y muy variados. Es una buena oportunidad para enseñar a los niños a comer bien, así que aquí tenéis un montón de recetas ricas para conseguirlo.
Este año se impone el turismo nacional por conciencia y por protección. Según dónde estemos y nuestras circunstancias, lo más probable es que las vacaciones de verano las pasemos en casa o no muy lejos de ella. Y si nosotros viajamos más cerca, ¿por qué no aprovechamos para conocer un poco mejor la gastronomía local? España tiene una de las mejores huertas de Europa, además de carnes y pescados variados y de gran calidad. Alimentos que, además de ser ricos por la energía que les aportan el sol, el agua y la tierra, también contribuyen a la economía local y a nuestra salud.
Podemos aprovechar estas fechas para enseñar a nuestros hijos cómo los ciclos de la naturaleza nos dan en cada momento lo que más necesitamos (el agua de la sandía en verano, la vitamina C de la naranja en invierno, la proteína natural y las grasas beneficiosas del pescado azul, y tantas y tantas más). Porque, ¿qué sería de esta época sin melón, sin higos (chumbos o no), sin melocotones, sin los sabrosos y versátiles tomates, el pimiento rojo o la berenjena? Dependiendo de la zona de España donde nos encontremos serán más habituales los gazpachos o las escalivadas, tal vez unas frutas u otras. ¿Os faltan ideas? Aquí os dejamos algunas para que disfrutéis de la buena mesa.
Desayuna con yogur de la tierra
Nada mejor para empezar el día que un buen chute de energía natural y ecológica compuesto por lácteo, fruta y semillas. En Galicia y en Asturias, entre otras comunidades, se producen buenos y cercanos yogures con leche local. Incluso podemos animarnos a usar esa leche para hacerlos nosotros mismos y preparar un buen desayuno con otros productos de temporada como pueden ser ciruelas, plátanos o arándanos. Añade un puñado de granola o de semillas variadas para complementar todas esas vitaminas de la fruta con minerales y dar un toque crujiente. ¿Lo mejor? Este puding (también conocido como porridge o gachas, si queremos llamarlas como lo hacían nuestros abuelos) puede dejarse preparado para consumir más tarde. Solo tendrás que sacarlo del frigorífico para un desayuno o merienda sabroso y nutritivo, ¡o prueba a congelarlo!
Las sopas son para el verano
El tomate es recurrente y está presente en la mayoría de las recetas tradicionales frías y calientes, desde sofritos hasta ensaladas, sin olvidar el famoso y lleno de variantes pisto (manchego, extremeño…).
Aunque podemos encontrarlos con buena calidad todo el año, su temporada natural es el verano, especialmente el mes de agosto, y España es uno de los principales productores, con más de 5.000 kg al año según la FAO, la mayor parte de ellos en Andalucía y Extremadura. Así que, especialmente en esas zonas, podremos encontrar productos a muy buen precio y mejor calidad.
Ofréceselos a los niños en cualquier momento del día, cortados por la mitad y con una pizca de sal como tentempié o aperitivo (hazles un ‘pinchito’ con rodajas de tomate y pepino para refrescarse en la piscina). También adorarán los gazpachos o salmorejos que, con la base del fruto rojo, podemos combinar con otras frutas como la picota del Jerte o el espárrago blanco de Navarra (la preparación sería exactamente igual, solo sustituyendo parte del tomate por alguna de estas opciones).
Otra idea sería cambiar la guarnición de un salmorejo (recuerda elaborarlo con pan sin gluten para rebajar el consumo de carbohidratos simples), que tradicionalmente es de huevo duro y jamón, por otra de bacalao ahumado y rodajas kiwi (también de temporada). O atrévete a innovar con una juliana de lombarda y unos piñones. Deja a tu familia crear su plato ideal y probar, cada día, uno diferente.
Bonito y muy fresco
Aunque el atún pescado en las almadrabas del sur tiene una temporada un poco anterior (abril-mayo), en pleno verano el bonito del norte está en su apogeo.
Estos pescados azules son mucho más que una conserva recurrente que gusta igual a niños y mayores. Fresco, en rodajas o en tacos, cocinado o crudo (no olvides congelarlo antes) tiene un sabor ligeramente salado y profundo y una consistencia fuerte que hará las delicias de los más pequeños.
¿Conoces la fórmula del poke? Se trata de una especie de plato combinado frío, originario de Hawái formado generalmente por una base de arroz, un pescado crudo o marinado y una serie de vegetales. Aquí os animamos a utilizar la quinoa cocida como sustituto, de nuevo para evitar el pico de glucosa del carbohidrato, y a acompañarlo con tacos de bonito marinado en salsa tamari y limón (al menos media hora) junto con aguacate (¿sabías que la mayor producción está en Andalucía y que el año pasado consumimos aquí nada menos que 74 millones de kilos?), pepino, zanahoria y cebolleta. Para la salsa mezcla miel, vinagre de manzana, dos dientes de ajo, una cucharada de crema de cacahuete y un poco de guindilla o cayena (adapta las cantidades a tu gusto), puedes añadir un poco de agua para emulsionar, ¡y listo!
En vaso ancho y con pajita (de papel)
Aficiónate a los batidos o, como ya se les conoce popularmente, smoothies. Especialmente en estas épocas de calor, estas bebidas son ideales para cualquier momento del día, como tentempié, como refresco o como reconstituyente después de hacer deporte.
Puedes prepararlos con casi cualquier fruta o verdura que encuentres en la nevera, con restos aunque estén algo pasados o añadir leche o yogur. ¿Qué te parece, por ejemplo, plátano, higos y papaya? Añádele un puñado de nueces de macadamia y media cucharada de proteína vegana (si la utilizas de vainilla potenciará el sabor), y como puede resultar denso, no dudes en aligerarlo con un poco de agua.
O prueba este otro de aguacate con kiwi y brécol, totalmente apto para veganos y cargado de proteínas especialmente para ellos. En este caso todas las verduras irían en crudo, y recomendamos añadir zumo de lima y un par de cucharadas de aceite de coco para potenciar el sabor.
Ya ves que las opciones son ilimitadas. Y es que la naturaleza nos provee de aquello que más necesitamos en cada momento, aunque no seamos conscientes de ello. Visita granjas, mercados y tiendas locales siempre que puedas, busca las frutas y verduras más frescas y con ‘denominación de origen’ de la zona donde estemos, y pregunta a los productores cómo utilizan ellos los productos. Siempre podemos aprender.
Artículo elaborado por Niklas Gustafson, experto en nutrición y CEO de Natural Athlete